La herida es el comienzo es la imagen persistente de quien dobla la esquina en el recuerdo. Los pliegues de la casa que se desdobla. Las mismas piedras de los puentes. Es la historia de aquellos que susurran, de los que pierden el cuaderno de tapa negra, y también la de aquellos que comienzan.
Puedo decir que Miguel Ángel Ortiz Albero narra sus caminos con las mejores palabras posibles, otorgándoles el color del gesto de una mujer que bebe de una taza de café o acaso el de la niebla que desdibuja la ciudad por los arrabales.
Una vez terminado el baile, permanecerá la melodía y desearán —también ustedes— volver a comenzar.
Puedo decir que Miguel Ángel Ortiz Albero narra sus caminos con las mejores palabras posibles, otorgándoles el color del gesto de una mujer que bebe de una taza de café o acaso el de la niebla que desdibuja la ciudad por los arrabales.
Una vez terminado el baile, permanecerá la melodía y desearán —también ustedes— volver a comenzar.
Jessica Aliaga Lavrijsen
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